Crisis penitenciaria en el país, advierte diagnóstico de CNDH
Integrantes del crimen organizado encabezan grupos de internos que mantienen el control
Tienen las llaves de las celdas y deciden qué áreas se pueden visitar; imponen
castigos
Hacinamiento y antihigiene son sólo dos de los problemas que se padecen en los reclusoriosFoto CNDH
Víctor Ballinas
Periódico La Jornada
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 3
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 3
El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, señaló que las cárceles del país “están reprobadas, ya que en 60 por ciento hay autogobiernos y cogobiernos –grupos de internos bien organizados–, en algunos casos liderados por integrantes del crimen organizado que tienen el control de la seguridad interna, así como de las actividades y servicios que se dan en estos centros de reclusión. En suma, existe una crisis penitenciaria”.
El ombudsman nacional añadió:
Los reclusos tienen las llaves de las celdas, deciden quién entra y qué áreas se pueden visitar; imponen castigos, impiden la visita íntima y la entrada de los abogados defensores de los reclusos; cobran protección y tienen el control de los penales porque hay colusión y complicidades de funcionarios.
Al presentar el Diagnóstico nacional de supervisión penitenciaria 2011, el titular de la CNDH destacó que “en las visitas de trabajo que ha hecho la comisión a las cárceles del país se ha detectado venta de mariguana y otras drogas, bebidas alcohólicas, armas (cuchillos), teléfonos celulares, tarjetas telefónicas, chips, puntas –pedazos de varilla afilados–, bates de beisbol (objetos contundentes) e incluso gallos de pelea”.
Plascencia Villanueva sostuvo que en los años recientes han empeorado las condiciones de los centros penitenciarios federales, estatales y municipales. Expuso que de 2010 a la fecha se tiene el registro de 14 fugas, con un saldo de 521 presos evadidos; hubo en ese lapso 75 riñas, que dejaron 352 muertos, y dos motines, que causaron dos decesos y 32 lesionados.
Al dar cuenta de la situación que prevalece en los penales, el ombudsmannacional abundó que
los reclusorios con las peores condiciones se encuentran en el Distrito Federal, cuya calificación fue de 5.99 por ciento. Éstos son: Varonil Oriente, Norte y Sur, con una sobrepoblación del ciento por ciento; en el estado de México, con calificación de 5.89; Tamaulipas, 5.88; Nuevo León, 5.77; Quintana Roo, 5.44; Coahuila, 5.21; Oaxaca, 5.15; Guerrero, 5.13; Tabasco, 4.86, y Nayarit, con 4.57 por ciento.
Por el contrario, precisó Plascencia Villanueva, las mejores condiciones de reclusión las tienen los centros de Aguascalientes, que obtuvo una calificación de 8.47 por ciento; Guanajuato, 7.89; Tlaxcala, 7.8; Querétaro, 7.79, y Jalisco, 7.54 por ciento.
El presidente de la CNDH recalcó que “la reiterada falta de personal de seguridad –o custodios– en los penales es la constante, y eso propicia inseguridad y autogobiernos de los reos. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), debe existir un custodio por cada 10 internos” de esos centros.
Apoyándose en videoproyecciones para ilustrar la situación de las más de 400 cárceles del país, Plascencia Villanueva informó que en 2011 se visitaron 100 centros penitenciarios –femeniles, varoniles y mixtos– que albergan a los dos terceras partes de la población penitenciaria. En promedio se visitaron tres penales por estado y se cubrió la totalidad de las cárceles de mujeres.
Para elaborar el informe de la CNDH se realizaron entrevistas con directores o encargados de las prisiones, con custodios y personal de seguridad, y se hicieron recorridos de campo para constatar la situación prevaleciente en las instalaciones.
Uno de los principales obstáculos fue la dificultad para ingresar a algunos centros, porque no se garantizaba la seguridad del personal de la comisión y no se pudieron recorrer todas las áreas, ya que algunas están restringidas; ahí los reclusos tienen las llaves y no permiten el paso. Además, algunas celdas están tapadas con cartones o cobijas y no se puede ver hacia adentro. Finalmente, hubo desinterés de directores y encargados de los penales para facilitar el acceso, lamentó el titular de la CNDH.
Entre el cúmulo de irregularidades detectadas en los centros de reclusión, el ombudsman nacional ennumeró las siguientes: no existen áreas de separación entre hombres y mujeres; las sanciones y correctivos las aplican los propios internos; hay torturas y se aísla a los presos; priva el hacinamiento; el control de las autoridades es escaso; son deficientes los servicios de salud y no hay medicamentos; tampoco se ha previsto una efectiva separación entre procesados y sentenciados; no hay programas ocupacionales ni se permite una cabal rehabilitación.
Por lo que hace a los alimentos, abundó Plascencia Villanueva, “no reúnen las condiciones de higiene y además las familias los llevan o les dan dinero a los presos para comprarlos en las tiendas que funcionan dentro de los mismos penales. También se detectaron aguas putrefactas en los dormitorios y malas condiciones de sanitarios y celdas.
Prisiones militares, las mejores
El tercer visitador de la CNDH, Guillermo Andrés Aguirre Aguilar, refirió que
los penales militares serían el modelo de prisión, ya que no hay hacinamiento y reúnen las condiciones requeridas de higiene.
Los penales federales, abundó,
también presentan problemas de hacinamiento y situaciones que nos preocupan, como el Cefereso 5 de Villa Aldama, en el estado de Veracruz
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