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martes, 30 de octubre de 2012

Integrante de la caravana halla a su hijo en el sur de Veracruz


Integrante de la caravana halla a su hijo en el sur de Veracruz
Foto
Algunas de las integrantes de la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos en su Tránsito por México Liberando la Esperanza, la tarde de este lunes en Tierra Blanca, sur de VeracruzFoto Notimex
Eirinet Gómez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 30 de octubre de 2012, p. 42
Jalapa, Ver., 29 de octubre. Después de 27 años, la nicaragüense Teodora Ñaméndiz se rencontró con su hijo, Francisco Cordero Ñaméndiz, en el patio del albergue Guadalupano Decanal, ubicado en la cabecera municipal de Tierra Blanca, en el sur de Veracruz, ciudad considerada por organizaciones no gubernamentales foco rojo para indocumentados centroamericanos.
No puedo contener las lágrimas y la emoción de que otra vez estés a mi lado. Siempre creí que estabas vivo, expresó Teodora Ñaméndiz a su hijo al tenerlo nuevamente cerca. Ella es una de las integrantes de la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos en su Tránsito por México Liberando la Esperanza.
Francisco Cordero, de 52 años, recordó que hace 27 años salió de Nicaragua, después de haber combatido como soldado del gobierno a los sandinistas, en el conflicto armado que dividió a ese país.
Explicó que al internarse en territorio mexicano, en un inicio, mantuvo contacto con su madre por medio de cartas, pero después cayó en el alcoholismo y perdió la comunicación con su familia.
Al tenerlo enfrente, Teodora dio una especie de regaño a su hijo, quien entendió rápidamente el mensaje y ofreció disculpas. Junto a su madre, Francisco Cordero comentó que por más que hice desde acá para encontrarlos, no podía; tenía pensado ir a mi país, pero no lograba juntar el dinero para hacer el viaje de vuelta a Nicaragua.
Uno de los momentos más emotivos del encuentro fue cuando la nicaragüense se quitó del cuello la foto que portaba de Francisco en señal de que no la necesitaría más, pues había encontrado a quien buscaba desde hace 27 años.
Pudieron volver a tener contacto gracias a los trabajos de localización que impulsó la Caravana de Madres de Migrantes.
Teodora Ñaméndiz expresó que sentía que su hijo seguía con vida, pese a las noticias catastróficas que llegaban a su país sobre el secuestro y maltrato a los indocumentados en México.
Madre e hijo fueron recibidos por los encargados del albergue y los coordinadores del Movimiento Migrante Mesoamericano, que organiza estos encuentros. Estos últimos informaron que desde el inicio del recorrido de la caravana, el pasado 16 de octubre del puesto fronterizo de El Ceibo, 60 kilómetros al sur de Tenosique, Tabasco, han sido encontrados seis indocumentados centroamericanos.
La caravana estuvo unas horas en Tierra Blanca, y de allí partió al puerto de Coatzacoalcos, otro de los lugares más complicados para los migrantes en su transito por México hacia Estados Unidos

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