Buscan evitar que grandes firmas controlen la seguridad alimentaria
Bachoco, Cargill y Gamesa acapararon apoyos en 2011: diputado De la Rosa
Siembra en Mixquic, región que en 2008 se benefició con programas oficiales para la limpieza de canalesFoto Yazmín Ortega Cortés
Enrique Méndez y Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Viernes 30 de noviembre de 2012, p. 24
Viernes 30 de noviembre de 2012, p. 24
Diputados federales del PRD y titulares de Agricultura de los estados propusieron cambios en la política de subsidios y programas de siembra, explotación de especies marítimas y desarrollo de la ganadería en el país, para beneficiar más a los pequeños productores que a las grandes empresas.
Por ejemplo, señaló el secretario de la Comisión de Desarrollo Rural, Sebastián de la Rosa,
unas cuantas grandes empresas agroalimentarias monopolizan los recursos y controlan la seguridad alimentaria.
Resaltó que en 2011 se otorgaron 267 millones de pesos en subsidios a la productora de pollo y huevo Bachoco, 224 millones a la trasnacional Cargill, 213 millones 825 mil a la colombiana Grasas y Derivados, y a grupo Gamesa 104 millones 49 mil.
Se les dieron recursos y acapararon todo: producción, comercialización, semillas, créditos, transporte, infraestructura básica, tecnología.
El secretario de Agricultura de Sinaloa, Juan Guerra Ochoa –quien entregó a la Cámara de Diputados un proyecto de cambio de políticas en acuacultura, agricultura y ganadería–, evaluó que uno de los mecanismos necesarios para rescatar la pesca nacional podría consistir en destinar –en una sola entrega– a la modernización de la flota los subsidios que actualmente se otorgan para el diesel, pero también a diversificar la pesca.
El ex diputado federal resaltó que los litorales mexicanos están subexplotados, porque la pesca se enfoca en especies como camarón y atún, además de que la mayor parte de la flota “es chatarra, con motores ineficientes, y los pescadores han excedido los permisos, lo que se conoce como esfuerzo pesquero”.
Salir del círculo vicioso
En esa actividad –expuso– persiste un círculo vicioso, porque las embarcaciones son improductivas y se les pagan más de 600 millones de pesos de subsidio en el diesel, que si bien hay que mantenerlo, no puede ser infinito.
“Es viable echar a andar un programa de reconversión y diversificación productiva, de reactivación de astilleros, diversificar la captura de especies de alto valor en los mercados y entrar a lo que se conoce como la maricultura, es decir, la colocación de jaulas en el agua donde se siembran peces, que ya existe en México pero se focaliza en algunos ranchos marítimos en Ensenada”, señaló.
La única condición para acceder a esos subsidios, por única vez –explicó–, es que los pescadores entregaran sus permisos, lo que también contribuiría a la sobrexplotación de ciertas especies.
En el caso de la agricultura, planteó que se regrese al esquema de asociación de ejidatarios para hacer rentable el uso de maquinaria; dar más interés al mercado con la apertura de aeropuertos de carga
para el embarque de hortalizas, carne y peces, lo cual reduce el costo del flete y se garantiza el traslado de alimentos frescos que exigen los mercados internacionales
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