Tecnologías y redes sociales sirven para prevenir actos violentos, afirma Christopher Tuckwood
Elizabeth Velasco C.
Periódico La Jornada
Martes 15 de octubre de 2013, p. 18
Martes 15 de octubre de 2013, p. 18
El uso de las tecnologías y redes sociales en México se puede convertir en el aliado de las instituciones y organismos civiles de derechos humanos para prevenir atrocidades en masa, actos de violencia, criminales y de discriminación, afirma a La Jornada Christopher Tuckwood, director ejecutivo y cofundador del Proyecto Centinela para la Prevención del Genocidio (SPGP, por sus siglas en inglés).
El especialista en desastres y manejo de emergencias por la Universidad de York, con líneas de investigación en alerta temprana, análisis de inteligencia, desarrollo tecnológico y resistencia no violenta a las atrocidades, plantea que el estudio en las redes sociales del discurso de odio y del lenguaje incitador a la violencia ha permitido realizar acciones preventivas en países donde se llevarían a cabo masacres y actos peligrosos.
Tuckwood sugiere que para el país serían muy útiles las herramientas desarrolladas por el SPGP para la identificación de bandas delincuenciales dedicadas al tráfico de armas y que en las redes sociales incitan a la violencia.
El también integrante de la Asociación Internacional de Expertos en Genocidio y activista en prevenir masacres en Kenia, Irán, Colombia y otros países, comenta que las indagatorias de el SPGP han sido útiles para crear leyes
más fuertespara evitar actos de odio, racistas y discriminatorios.
El SPGP cuenta con una base de datos para el público y otra para la Organización de Naciones Unidas, asociaciones civiles y gobiernos, la cual tiene usos ilimitados; en ella hay información, estadísticas y otros datos que ubican los lugares más violentos del mundo, refiere.
–¿En qué consiste el trabajo del SPGP?
–Se basa en el discurso de odio y el lenguaje que incita a la violencia, difundidos por las redes sociales. Generalmente se dirigen a ciertos grupos, pero suele agredirse a quienes pertenecen a grupos étnicos o por diferencias de raza, y en según término por nacionalidad, religión, diversidad sexual, estatus económico y discapacidades. Con el seguimiento en las redes sociales se previenen actos violentos.
–¿Cómo identifican acciones que llegarían a ser violentas?
–El uso del lenguaje en las redes sociales permite encontrar una relación entre las palabras violentas y cómo se incentiva a las personas a ir más allá de las palabras.
El discurso de odio se queda en palabras agresivas, pero cuando una figura pública o importante incita a la violencia, la apoyan sus seguidores, como sucede en Kenia, país con gran diversidad étnica y problemas políticos.
Por ejemplo, cuando un candidato de una raza distinta gana y llama a acciones violentas y sangrientas. En Kenia, la tecnología y las redes sociales están muy presentes y las organizaciones sociales usan el celular para ubicar los sitios más violentos.
–¿Cómo se define el discurso de odio?
–La definición siempre es diferente entre las personas que lo estudian, pero lo forman palabras o frases dirigidas a denigrar o someter a un grupo de personas o a una persona. En las redes sociales de países de habla inglesa usan los colores como muestra de odio: el color amarillo se usa para decir que son asiáticos y esto resulta denigrante, lo mismo el color negro que alude al color de piel de los afrodescendientes.
En la música rap generalmente hay un discurso de odio y el reto es que quienes lo hacen sean sensibles y conscientes de ello, y existe una diferencia de actitud cuando están en línea las personas. Como están en el anonimato, es muy fácil que en las redes sociales expresen todo el odio que siente como racista u homofóbico, lo que no pasa si está frente a la otra persona
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