Domingo 7 de agosto de 2011, p. 18
El régimen mexicano no está preparado
para dialogar, interactuar y pactar una agenda conjunta con las organizaciones de la sociedad civil (OSC), de ahí que la democracia en el país sea una tarea pendiente, aseveró María Fernanda Somuano, investigadora del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México.
En entrevista sobre su más reciente libro, Sociedad civil organizada y democracia en México, subrayó que en el país existen unas 12 mil OSC registradas y, si bien han adquirido gran protagonismo
, no se puede presumir que su mera existencia logre beneficios para la sociedad.
Si bien muchas de estas agrupaciones realizan un trabajo serio, otras se crean sólo con intereses económicos y políticos, lo que obstaculiza la consolidación del trabajo de la sociedad civil. Por ello, ubicó algunos de los retos para estos organismos: volverse autosustentables para tener autonomía del gobierno, crear redes, aglutinar objetivos comunes y ser quienes lleven la voz de diversos grupos a la agenda gubernamental.
Lamentó que el gobierno desconfíe de las organizaciones civiles, pero al mismo tiempo, dijo, éstas tienen dudas de las autoridades. Hay desconfianza mutua: los del gobierno piensan que sólo molestan, que son un continuo dolor de cabeza, que están encima y en constante vigilancia. Pero las OSC consideran que en ocasiones no hay razones para sentarse con las autoridades, pues hay corrupción, incapacidad para escucharlas y cerrazón para democratizar el país
.
Declaraciones como las del secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez, quien relacionó al crimen organizado con las organizaciones civiles no abonan para construir un nexo entre gobierno y OSC, dijo. Esto sólo tensiona más una relación de por sí tensa.
Somuano, quien desde varios años invetiga sobre OSC, manifestó que éstas han adquirido gran protagonismo desde al menos hace 15 años y hoy son protagonistas de una nueva forma de gobierno: la gobernanza.
Claro que ha habido cambios importantes. Las OSC han abierto espacios y metido temas en la agenda política que no se contemplaban. El gobierno ha tenido que entrarle un poco por la presión. Creo que es injusto atribuirles sólo a las OSC que la democracia aún no se logra consolidar. Esto tiene que ver con instituciones deficientes, partidos con problemas de legitimidad, un IFE que costó mucho y ahora es cuestionado, un IFAI que se tambalea porque hay fuerzas que quieren retroceso. Tenemos una democracia deficiente, pero no se debe a las OSC
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