La detención de migrantes no sirve como instrumento de control para el Estado ni es una respuesta a los crecientes flujos de personas que provienen de otros países. Por el contrario, es una medida costosa que afecta la salud y el bienestar de los individuos, señalaron la Coalición Internacional contra la Detención (IDC) y Sin Fronteras.
Ayer, estas agrupaciones civiles presentaron un manual con alternativas a la privación de la libertad de los migrantes. Ésta dijeron, debe ser el último recurso de las autoridades, quienes más bien deberían explorar otros mecanismos que tomen en cuenta las circunstancias particulares de cada caso y, sobre todo, liberar a niños y adolescentes, solicitantes de asilo y otros grupos vulnerables.
También plantearon la necesidad de desarrollar programas especializados para atender casos en las comunidades, en tanto se resuelve su situación migratoria.
En conferencia de prensa, representantes de IDC y Sin Fronteras dieron a conocer los resultados del primer Foro regional sobre detención de migrantes, en el que participaron especialistas y agrupaciones de la sociedad civil de 17 países latinoamericanos.
Entre los consensos se encuentra que la detención de migrantes no es una respuesta adecuada, además de que es erróneo considerar como amenaza a la seguridad a toda persona indocumentada.
Grant Mitchell, director de IDC, dijo que diversos países han revisado y reformado sus políticas de detención migratoria para asegurarse que éstas sólo se utilicen como último recurso. México, agregó, tiene la oportunidad de sumarse a las nuevas tendencias con otros gobiernos, como los de Reino Unido, Bélgica, Argentina y Japón, así como avanzar hacia el uso de alternativas a la detención de grupos vulnerables.
Sin Fronteras, integrante de IDC, ha monitoreado desde 1998 los principales centros de detención del país, lo cual ha permitido elaborar informes públicos en los que se da cuenta de avances en el tema, así como de diversas violaciones a los derechos humanos de los detenidos que no han logrado superarse.
En particular, señaló el organismo, preocupa la falta de acceso a la información y la privación de la libertad de ciertos grupos vulnerables, como niños, adolescentes y solicitantes de asilo, entre otros.
Sin embargo, las leyes de refugiados y protección complementaria y la de migración aún tienen vacíos y retos importantes, por lo que se deben revisar para que se garantice el respeto a los derechos humanos.
Entre los principales retos está que los migrantes cuenten con información sobre el proceso migratorio, servicios médicos de calidad y especializados, y que reciban un trato digno
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