Guillermo Montalvo Fuentes
Las políticas implementadas en los últimos 10 años para reducir la mortalidad materna no se han visto obstaculizadas por la falta de recursos económicos, sino por la falta de mecanismos de transparencia en el uso del dinero asignado a esa tarea, aseguró Francisco Javier Posadas, director del área de Atención a la Salud Materna y Perinatal en el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud federal.
En los últimos años el presupuesto de la Secretaría de Salud ha registrado un aumento, pues de 97 mil millones de pesos en 2007 pasó a 161 mil millones en 2011, pero debido a que más de 80 por ciento de este monto se ha destinado a las entidades federativas, el funcionario sugirió que la carencia principal se encuentra en la falta de rendiciones de cuentas claras por parte de éstas.
“El dinero sí está llegando a los estados, lo que hay que implementar son mecanismos de transparencia”, comentó el funcionario al participar en el foro: “La protección de la salud materna desde una perspectiva de derechos humanos: avances y desafíos”, organizado por el Grupo de Información en Reproducción Elegida.
Para Posadas las cifras revelan que la mortalidad materna sí se ha reducido en el país, pues mientras que en 2005 murieron mil 242 mujeres embarazadas, en 2011, según datos hasta el 30 de noviembre, se registraron 841 defunciones. A pesar de esto, México se encuentra “desfasado”, pues está 18 puntos por debajo del cumplimiento del Objetivo número 5 de Desarrollo del Milenio, con el cual existe el compromiso de reducir en un 75 por ciento la tasa de mortalidad materna para 2015.
“Se debería tener un 60 por ciento de avance en la reducción de muerte materna y solamente se lleva un 42 por ciento; en los próximos cuatro años se tendrá que cumplir la meta de tener una razón de muerte materna no mayor de 22.3 defunciones por 100 mil nacidos vivos”.
El 65 por ciento de la mortalidad materna está concentrada en 10 entidades del país, de acuerdo con el lugar de residencia de las mujeres fallecidas: Distrito Federal (94), Estado de México (90), Veracruz (68), Guerrero (52), Puebla (47), Oaxaca (45), Chiapas (45), Chihuahua (42), Jalisco (36) y Baja California (22). De estas muertes, 40 por ciento está concentrado en adolescentes y mujeres mayores de 35 años.
Hemorragias, abortos clandestinos, e infecciones, son algunas de las causas de muerte en las mujeres embarazadas; sin embargo, Posadas aseguró que en los últimos años han aumentado las causas obstétricas indirectas; es decir, aquellas relacionadas con hipertensión, sobrepeso o cáncer.
Indicó que tanto las primeras como las segundas causas de muerte se presentan de manera distinta en cada uno de los estados, “de ahí la importancia de considerar, para la elaboración de estrategias de salud pública, que cada estado tiene necesidades particulares, diferentes, pues si queremos aplicar estrategias generales el impacto no será el mismo”.
Posadas añadió que para acelerar la reducción de mortalidad materna es necesario, además de cuentas claras, resolver los problemas serios de calidad que tienen los servicios de salud, sobre todo en la atención que reciben las mujeres; además de implementar más políticas públicas enfocadas a la planificación familiar, pues recordó que una parte considerable de los fallecimientos se presenta en adolescentes.
“Más allá de los compromisos internacionales, tenemos un compromiso ético: las mujeres tienen derechos, y esos derechos se tienen que ejercer a plenitud”, concluyó.
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