Jueves 22 de marzo de 2012, p. 48
El presidente Felipe Calderón dejará de herencia 15 millones de mexicanos más en situación de pobreza por ingreso cuando concluya su sexenio, aseveró José Luis de la Cruz Gallegos, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México.
Explicó que aunque el país muestra crecimiento en la economía y generación de empleos, no se traducen en una reducción de la pobreza ni mejores salarios, así que pronosticó que en 2012 habrá 60 millones de pobres por ingreso, contra 45 millones que se contabilizaron en 2006.
La foto del panorama laboral cambió en seis años, porque al inicio del gobierno de Calderón predominaban los trabajos formales sobre los informales, pero hoy es al revés y la pobreza urbana creció 30 por ciento (el índice más alto desde 2005), abundó. Sí aumentó el empleo, dijo, pero ya no es salvaguarda
frente a la precarización del ingreso.Estamos en una inercia de pobreza. Tener empleo ya no garantiza salir de ella, y estudiar ya no sirve como mecanismo de movilidad social
, sentenció.
Además aseguró que las cifras oficiales por entidad muestran que el incremento de la pobreza está vinculado con la violencia.
En conferencia de prensa, donde presentó Una agenda mínima para México para resolver los problemas de empleo, alimentación o reactivación del mercado interno, entre otros, el investigador aseguró que no se requiere realizar reformas estructurales o cambios legislativos para lograrlo.
A la par que la precarización en el empleo destacó que los alimentos se han encarecido hasta 50 por ciento en este gobierno, como ocurrió con el frijol, en contraste con la inflación general de 23 por ciento en el periodo o de 4 por ciento en promedio anual. Si se considera que la población más pobre destina 50 por ciento de sus ingresos a comprar alimentos, tener salarios bajos limita su capacidad de compra
, puntualizó.
El problema de la alimentación se agudiza porque México ni siquiera es autosuficiente y depende cada vez más de importaciones y, por tanto, de los vaivenes de los mercados mundiales, que se conjugan con la especulación y la sequía.
De la Cruz Gallegos ejemplificó que lo que se produce en México en leche y huevo sólo serviría para proporcionar 250 mililitros de la primera y medio huevo para cada mexicano, eso si no hubiera desperdicios o pérdidas en la cadena.
Destacó que el salario mínimo no debe ser tomado como una manera de control, sino para garantizar el bienestar mínimo de los trabajadores
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