La delegación de la Cruz Roja en Ciudad Juárez aseguró que carece de la infraestructura necesaria para proteger a su personal de las agresiones del crimen organizado, así como para salvar la vida de personas heridas en balaceras, por lo cual solicitó a ciudadanos y paramédicos que no lleven a esos pacientes a sus instalaciones, sino a hospitales públicos.
El delegado Arturo Rodríguez Velarde manifestó que, de acuerdo con los protocolos internacionales, la Cruz Roja sólo acude a prestar servicio cuando la escena del crimen ha sido resguardada por corporaciones policiacas de cualquiera de los tres niveles de gobierno o por militares.
Recordó que hace tres días familiares de un individuo gravemente herido lo llevaron a la Cruz Roja de Salvárcar, y momentos después ingresó al nosocomio un grupo de hombres armados que remató al paciente y, antes de escapar, disparó contra su hermano, al que dejaron malherido.
El primer individuo falleció a consecuencia de las heridas que llevaba pero, contra lo que mucha gente considera, la Cruz Roja no tiene una clínica o los servicios hospitalarios que se requieren para atender lesiones de ese tipo, y no podemos atender a los heridos porque carecemos de elementos para hacerlo, dijo.
Aunque no se trata de una guerra formal, la lucha contra el narcotráfico ha obligado a los organismos de asistencia, entre ellos la Cruz Roja y los Servicios de Emergencias de Clínicas y Hospitales, a aplicar un estricto protocolo de seguridad para salvaguardar la integridad del personal médico que participa en el levantamiento de los heridos que dejan las balaceras callejeras.
En Ciudad Juárez, Chihuahua; Guadalajara, Jalisco; Culiacán, Sinaloa, además de Tamaulipas, entre otras ciudades y estados, el personal de la Cruz Roja debe sujetare al manual de Acceso seguro, que señala las reglas que deben acatarse en otros países, donde el ambiente no garantiza la integridad física del personal médico.
En diciembre pasado, médicos, enfermeras y personal de servicios de al menos 17 clínicas privadas y de los hospitales de los institutos Mexicano del Seguro Social y de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado en Ciudad Juárez realizaron un paro de dos días, sin brindar atención de emergencia, en protesta por la violencia que afecta al gremio.
En esa ciudad fronteriza, en 2010 fueron asesinados cuatro médicos, entre ellos José Alberto Betancourt Rosales, de 57 años de edad, quien fue secuestrado en el estacionamiento de un centro comercial y días después fue hallado muerto.
La principal demanda de los trabajadores de la salud es que los centros hospitalarios sean considerados zonas de alto riesgo y que las unidades especiales de policía las resguarden en forma permanente, porque es frecuente el ingreso de pistoleros hasta los quirófanos para rematar a sus víctimas.
Rodríguez Velarde solicitó a la población que comprenda la situación, porque en ocasiones reclama que la Cruz Roja asista pronto a atender a los lesionados, y le solicitó que no agreda a los trabajadores ni vehículos o instalaciones de la institución, ya que si llegan tarde es porque debe respetar el protocolo de seguridad en beneficio de los socorristas.
Con más de 3 mil 100 homicidios atribuidos al crimen organizado, Ciudad Juárez es considerada la urbe más violenta de México.
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