Elida Abonza Paez
México DF, octubre 24 de 2011.
La enfermedad es creer que se tienen graves enfermedades. La hipocondría es un padecimiento psiquiátrico en el que la persona está convencida de que su salud física está afectada. Puede estar presente hasta en 16 por ciento de la población mexicana. De acuerdo con especialistas, el paciente vive en constante frustración por no poder comprobar sus fatales sospechas.
El miedo a desarrollar una enfermedad grave, a pesar de tener pruebas de lo contrario, es síntoma de hipocondría. La persona jamás acepta tener este trastorno y vive con esta intensa frustración.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina a la hipocondría como un trastorno somatomorfo, condición en la cual el dolor y los síntomas físicos de una persona se relacionan con factores psicológicos. Hasta ahora sus causas son complejas y no existe nada específico que se relacione con el padecimiento.
La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) publicada por la OMS muestra que la característica primordial de una persona con hipocondría es que se muestra preocupada y siente temor por tener o desarrollar una enfermedad grave, manifiesta continuos pensamientos alarmantes como padecer algún cáncer, o sentir deformaciones corporales e incluso ideas de muerte.
Se tiene registro de casos de hipocondría desde hace más de 100 años. Charles Darwin pasó su vida pensando que padecía enfermedades graves como palpitaciones, molestias gástricas y dolores de cabeza. Constantemente se quejaba de inexplicable dolor en las manos y estaba seriamente preocupado por el tamaño de su nariz.
En observación permanente
En entrevista con Letra S, José Antonio Gutiérrez González, médico especialista en psiquiatría del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, explicó que las personas hipocondríacas se auto observan constantemente, se revisan con frecuencia y sobrevaloran su estado de salud. También examinan con frecuencia los latidos del corazón, la respiración, alteraciones en la piel de poca importancia, bultos, temperatura, dificultades de concentración o para deglutir. El médico aseveró que los pacientes con este trastorno mental son un verdadero enigma para la medicina.
A su vez, detalló que se cree que estos pacientes en alguna época de la infancia, debieron recibir alguna satisfacción por estar enfermos lo cual los llevó a apreciar de alguna forma sentirse así.
La hipocondría se presenta regularmente en la edad adulta. Es un padecimiento primario, es decir, el paciente no tiene ninguna otra enfermedad más que la propia hipocondría. Esta situación a lo largo de mucho tiempo, produce trastornos secundarios como la depresión y la ansiedad.
Gutiérrez González expresó que en el caso de algunos homosexuales que muestran depresión y ansiedad generada por la aceptación de su identidad. se pueden presentar trastornos denominados hipocondría secundaria, ya que en su depresión creen tener el sida.
Evolución y tratamiento
De acuerdo con su experiencia, el psiquiatra indicó que a pesar de que un reconocimiento médico minucioso no revela la existencia de una enfermedad que explique los supuestos síntomas, la preocupación del paciente persiste.
Así, la tranquilidad que proporciona el médico tiene un efecto poco duradero. Cuando se le indica al paciente que sus quejas tienen poca importancia, a menudo reacciona furiosamente y presiona para ser evaluado nuevamente. Como consecuencia, aumenta el recelo y el descontento hacia el médico “y se les va la vida consultando muchos doctores”.
Para que un paciente sea diagnosticado con hipocondría el diagnóstico debe diferenciarse de los trastornos producidos por la simple ansiedad.
La conclusión de un estudio desarrollado por el área de psiquiatría del Hospital General Regional (HGR) No. 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del Estado de México, presentados en mayo de este año, indican que el trastorno dura en promedio seis meses, en este periodo la persona logra describir signos y síntomas de una enfermedad grave.
José Antonio Gutiérrez destacó que son pocas las personas canalizadas al médico especialista, la mayoría recibe apoyo por parte del médico general que legitima los síntomas expresando interés en su padecimiento. El mejor apoyo que se puede dar es conseguir que los pacientes sepan que sus preocupaciones son comprendidas, teniendo como resultado la tranquilidad mediante el control continuo de su salud. Este tratamiento puede durar entre dos y tres años. Según el especialista, el paciente hipocondríaco no suele encontrar cura y puede llevar toda la vida sintiendo síntomas de enfermedades graves.
*Publicado en el número 183 del Suplemento Letra S del periódico La Jornada el jueves 6 de octubre de 2011
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