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domingo, 18 de marzo de 2012

Exige Irina Layevska seguimiento legal ante agresión física y discriminación

  • Deficiente en sus procedimientos Ministerio Público número uno de Tláhuac, denuncia activista
  • En seis años los insultos de vecinos por su orientación sexual no han cesado
  • Gerardo Suárez López
    Irinia Layevska y su esposa Nelida
    Reyes
    México DF, enero 19 de 2012.
    “¡A ver compadre, quítate!”. De la frase a la agresión pasó un segundo e Irina Layevska Echeverría recibió un “bofetadón” de un sujeto que, recuerda, “se fue encima de mí con todo “el vuelo” que traía al bajar las escaleras”.
    Por su orientación sexual, la defensora de los derechos humanos y su esposa Nélida Reyes Guzmán, han sido discriminadas en múltiples ocasiones por habitantes del edificio donde viven, ubicado en la Unidad Habitacional Villas de los Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal, en la delegación Tláhuac.
    Las agresiones nunca habían llegado a los golpes hasta este último incidente el pasado seis de diciembre, encabezado por José Luis Carvajal Solano y José Luis de los Santos Juárez –quien golpeó a la también sexóloga-. Ambos fueron llevados a la Agencia del Ministerio Público número uno de Tláhuac, de la cual salieron tras convencer a Irina y Nélida de la firma de un convenio.
    Irina Layevska, quien usa silla de ruedas debido a una enfermedad que reduce su sensibilidad y movimiento en todo el cuerpo (polineuropatía degenerativa crónica), atendía en su domicilio, en la planta baja, a una consultante que decidió retirarse del lugar por el ruido excesivo que provenía del departamento de Carvajal Solano en el primer piso. “Es un vecino (Carvajal Solano) muy escandaloso y violento”, comentó la activista.
    Inclusive ya existía un convenio previo ante el Juez Cívico número uno de Tláhuac, entre José Luis Carvajal y la pareja del mismo sexo. En el documento, el primero se comprometió a una convivencia sana con sus vecinas que no ha cumplido.
    Echeverría Gaytán acompañó a su paciente hasta la salida del departamento, y afuera se topó con su vecino. “Le pedí que le bajara a la música. Se burló y le recordé que teníamos un convenio”. Comenzaron las agresiones de José Luis:
    -Yo el convenio me lo paso por los huevos.
    -Dile eso al Juez Cívico-, replicó Irina
    -Tú y tu pinche juez me los paso por...
    “En eso baja un tipo que yo nunca había visto y le dice a Solano: “¡a ver, compadre, quítate!”. José Luis de los Santos Juárez descendió rápidamente por los escalones que terminan en la planta baja y golpeó en la cara a Irina, quien pudo mantenerse sobre su silla de ruedas al sujetarse de una reja cercana.
    “Ambos sujetos estaban alcoholizados. Me di cuenta cuando De los Santos bajó, porque traía en la mano un limón y un caballito de tequila”, recordó Layevska, quien por temor a mayores represalias mantiene oculta su identidad sexo genérica.
    Continuaron los insultos de Carvajal y su visitante:
    -¡Párate de tu silla si tantos huevos tienes! ¡Dale gracias a Dios que no puedes pararte, sino ya te hubiéramos matado a patadas!-, gritó Carvajal Solano mientras su esposa, desde la ventana del apartamento en el primer piso se sumó a las ofensas:
    -¡Mi esposo sí tiene pito, no como ustedes, pinches tortilleras putas!
    Nélida salió para ayudar a Irina pero acordaron “llamar a la patrulla”. La Policía Preventiva de Tláhuac trasladó a los dos hombres al Juez Cívico número 1 de esa demarcación y resolvió que el caso debía ser atendido por el Ministerio Público, ubicado a un costado.
    “Se les bajó el alcohol cuando los metieron en las galeras y hablamos con ellos cuando ya estaban en sus cinco sentidos”, señaló Echeverría Gaytán, politóloga que trabajó como asesora externa del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
    Falta de compromiso de autoridades
    El titular de la Agencia del Ministerio Público número uno de Tláhuac, de apellido Malaquías, conversó con ambas partes por separado y propuso a la pareja agredida la firma de un convenio “con sustento legal”, en vez de levantar una denuncia.
    “Incluso de los Santos casi se arrodilló para pedirme perdón y le dije “no me hagas esas tonterías”, y mejor le pedí que propusiera algo para el convenio”. De los Santos se comprometió en un documento del que NotieSe tiene copia, a no molestar a la pareja, al igual que Carvajal, quien además planteó que desocuparía en un plazo de 30 días el departamento que habita.
    Ni Carvajal Solano desocupó el apartamento ni cesaron los insultos de los dos inculpados, por lo que Irina y Nélida regresaron al MP el viernes 30 de diciembre para denunciarlos. Pero se quedaron sorprendidas porque el titular de la agencia cambió su parecer sobre la validez legal del acuerdo del seis de diciembre. Comentó a la pareja que no podía obligar a los firmantes a cumplir el convenio
    En la agencia también les comentaron que no había delito que perseguir porque el golpe que recibió Irina no dejó secuelas, a lo que la activista contrapuso que la discriminación por orientación sexual es un delito tipificado en el Código Penal del DF. “Para demostrar discriminación tendrá que traer muchos testigos, pero como usted guste”, respondieron las autoridades.
    La discriminación a domicilio contra la pareja se repite desde hace seis años. Han acudido a diferentes instancias con resultados escasos, y cuando consiguieron respuesta de una, como es el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, resolvió en aquel entonces que los actos de cuatro vecinos eran discriminatorios, pero sólo ameritaban una sanción verbal.
    Tres de los sancionados se cambiaron de casa, entre ellos la pareja de Mario Pantoja Palma y Martha Ortiz Urquiza, y una más pidió perdón a las afectadas. Sin embargo, Pantoja y Ortiz aún son dueños de su departamento en la unidad habitacional y rentaron el inmueble a Carvajal Solano. “No sé qué información le dieron (a Carvajal), pero él nos dice que sabe quiénes somos y que somos unas lesbianas putas”.
    La activista de la diversidad sexual agregó que justo después de su queja del 30 de diciembre, José Luis Carvajal cubrió las ventanas del lugar en el que vive con bolsas negras para simular que ya no vive nadie, sospecha Irina. “Sin embargo se escuchan ruidos y lo hemos visto algunas veces”.
    La red de lesbofobia contra la pareja se extendió a los dos mercados cercanos en los cuales solían comprar. “Están aliados con los comerciantes y ya no podemos entrar a esas plazas por el hostigamiento tan terrible”. Uno de los mercados pertenece al Frente Popular Francisco Villa y otro a la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata.
    Ante la ineficacia del Ministerio Público, la pareja recurrió a la Procuraduría General de Justicia capitalina, para integrar una averiguación previa con todos los antecedentes de discriminación, aunque esperan que su caso sea atendido luego del reacomodo que está ocurriendo tras la salida de su titular, Miguel Ángel Mancera.
    “Todo está detenido. Mientras tanto estos sujetos quedan impunes, el MP no dio la cara y no podemos dejar de estar preocupadas”

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