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jueves, 27 de junio de 2013

El programa contra la obesidad debe regular la publicidad y el etiquetado


El programa contra la obesidad debe regular la publicidad y el etiquetado
Ángeles Cruz Martínez
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 27 de junio de 2013, p. 38
Cuernavaca, Mor., 26 de junio.
El programa nacional contra la obesidad que prepara la Secretaría de Salud (Ssa) debe incluir de manera obligatoria la regulación de la publicidad dirigida a la infancia y un etiquetado de alimentos claro. También debe modificar los entornos de las personas a fin de que los alimentos saludables sean la opción más fácil de obtener, afirmaron expertos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
De no incluir estos y otros lineamientos será una estrategia débil, sentenció el director del instituto, Mauricio Hernández Ávila, quien resaltó que la autorregulación en el tema de la publicidad no funcionó. Las empresas incumplen con el programa conocido como Código Pabi, como lo hacen también con el relativo a los sucedáneos de la leche materna.
Este último suscrito en 2007 plantea que la industria no debe promover el consumo de esos sustitutos, pero no lo hacen y la evidencia está, dijo Hernández, en que México reporta los menores niveles de lactancia materna en la historia del país.
Por eso la necesidad de que las nuevas políticas para combatir el sobrepeso y la obesidad sean de carácter obligatorio. Recordó que el planteamiento original del Código Pabi establecía que con el paso del tiempo la regulación de la publicidad se haría más estricta y eso no ocurrió.
De acuerdo con información de la Ssa, la nueva estrategia de control de sobrepeso y la obesidad podría darse a conocer en julio y es algo que estamos ansiosos por conocer, dijo el investigador Juan Rivera Dommarco. Subrayó, asimismo, que el problema que afecta a los mexicanos tiene consecuencias graves en la salud y sobre todo entre los sectores de menores ingresos económicos.
Los especialistas participaron en el seminario Generación de evidencia para la formulación de políticas públicas contra la obesidad: el caso del impuesto a los refrescos. Ahí, Hernández Ávila recordó que existe el Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria (Ansa ) de 2010.
Fue una idea buena que hoy se puede fortalecer con mecanismos que garanticen su cumplimiento y con la ventaja de que su contenido ya no se tiene que negociar con los distintos sectores. Eso ya se hizo y nos tomó dos años, dijo Hernández, a quien le tocó participar en dicho proceso cuando se desempeñó como subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
Comentó que en el Ansa se incluyeron acciones como la instalación de bebederos en escuelas, la actualización de la normatividad en materia de etiquetado de los alimentos y el impuesto a las bebidas azucaradas, entre otros. Pero, como fueron acuerdos voluntarios, no se cumplieron.
Ahora, dijo, con los temas de obesidad y diabetes que el gobierno federal incluyó en su Plan Nacional de Desarrollo, se tiene el marco legal para que las acciones sean de observancia obligatoria y con disponibilidad de recursos económicos

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