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lunes, 14 de octubre de 2013

Desgaste institucional en el IFE deja la gestión de Valdés Zurita: consejero


Desgaste institucional en el IFE deja la gestión de Valdés Zurita: consejero
Cambios a reglas sobre medios redujeron el peso del dinero en la difusión: Alfredo Figueroa
Foto
Leonardo Valdés, consejero presidente del IFEFoto Cristina Rodríguez
Alonso Urrutia
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de octubre de 2013, p. 16
A punto de concluir, la gestión de Leonardo Valdés Zurita al frente del Instituto Federal Electoral (IFE) registró un desgaste institucional, producto de la confrontación del funcionario con los medios de comunicación –en particular con los principales consorcios–, en el afán de instrumentar el modelo de comunicación política, según especialistas.
La de Valdés, afirman, es una administración de claroscuros en materia de medios, de los empeños por garantizar desde espots político-electorales hasta concesiones a las principales televisoras, en su última fase, para evitar bloqueos de señales en las repetidoras.
En un balance de cinco años, el consejero Alfredo Figueroa sostiene que aunque el modelo de comunicación funciona en general, su aplicación provocó un proceso de desgaste institucional. Entre las razones se cuentan que el IFE ha llegado a administrar anualmente tiempos del Estado equivalentes a mil 500 millones de pesos; sin embargo, antes del modelo, la Secretaría de Gobernación era prácticamente omisa en su cumplimiento.Esos tiempos eran comercializados por las televisoras que en su caso transmitían mensajes oficiales en la madrugada.
Para Julio Juárez, especialista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de la UNAM, instrumentar el modelo en periodo coincidente con la gestión de Valdés implicó para el IFE confrontarse prácticamente solo con el poder de las televisoras, reacias a aplicarlo.
Ni el Congreso, ni los partidos ni el gobierno acompañaron el proceso. Hoy es un modelo que técnicamente se cumple en la transmisión de espots, pero las televisoras han encontrado otras formas de sustituir esos ingresos mediante un enorme flujo de recursos de los gobiernos de los tres órdenes, así como mediante la venta disfrazada de publicidad en noticiarios.
A casi cinco años de su aplicación, la confrontación obligada, por lo que hace a Tv Azteca, aparece inútil, pues de acuerdo con informes recientes, de los 243 millones de pesos que acumuló en sanciones, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) no había cobrado nada todavía a esa televisora.
De igual forma, aunque los niveles de cumplimiento en la cobertura de espots alcanzan más de 93 por ciento en promedio, la gestión de Valdés ha pasado de la confrontación declarada a las concesiones abiertas, principalmente a los dos principales consorcios, Televisa y Tv Azteca.
Desde el Comité de Radio y Televisión del IFE se ha cedido a presiones para que no se bloquearan más de 120 repetidoras de los principales canales en la elección federal pasada; asimismo, la reticencia de esa instancia a obligar a los bloqueos estatales ha favorecido esquemas de comercialización de publicidad gubernamental más rentables. Todo, con la promesa de un cumplimiento a futuro.
La reforma al modelo de comunicación, asegura Figueroa, ha sido una de las más importantes en la historia electoral porque redujo el papel del dinero en la difusión mediática. Sin embargo, el IFE debió partir, incluso, desde organizar un censo de concesionarios del cual el gobierno carecía, con lo que se inicia una difícil cuesta de confrontación.
Se descalificó el costo de casi 400 millones de pesos en los aparatos para el monitoreo, pero con ello pudimos demostrar el enorme vacío que había en el cumplimiento de los tiempos del Estado, cuyo destino era la comercialización en beneficio de los concesionarios y en detrimento de aquél.Se emprendió una campaña de descrédito que desgastó al IFE en un largo proceso que ahora ha generado un cambio de actitud de los concesionarios, pero que mantiene claroscursos importantes en el modelo.
Pasamos del incumplimiento reiterado y el desafío de las principales televisoras a una actitud de cumplimiento de los tiempos del Estado, pero donde han surgido nuevas agendas porque las televisoras han ido desarrollando nuevos mercados que producen nuevas agendas para el Estado. Cita como ejemplo “cuando el IFE detectó la propaganda integrada –que las propias televisoras ofrecieron al propio IFE como esquema de negociación–, que se negó abiertamente, hoy forma parte de la legislación en telecomunicaciones”.
Juárez agrega que el proceso llegó a generar mucha tensión, pues se exigió al IFE meter en cintura a las principales televisoras, a enfrentarse con los poderes fácticos, lo que ha derivado en otros mercados.
Al final se logró ganar la batalla técnica; sin embargo, Juárez apunta principalmente a las enormes cantidades de recursos que gobiernos de los tres niveles han canalizado principalmente a las dos grandes televisoras, compensando en gran medida los recursos perdidos. Este es ahora el tema de fondo. Cómo los presupuestos de todos los estados han aumentado exponencialmente sus partidas a la comunicación social

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